Casi a puntito de hacer 1 año desde que empecé con este blog, me he dado cuneta que nunca he explicado como hacian fuego las generaciones pasadas, desde la época romana hasta la invención de las cerillas el más usado por su rapidez ha sido el uso de eslabón y pedernal.
Un eslabón o chispero es una pieza de hierro con alto contenido de carbono del que se hacen saltar chispas al golpearla contra una piedra de silex, granito o roca similar.

Para encender fuego se golpea con un brusco movimiento descendente el eslabón contra el pedernal, lo que produce una lluvia de chispas sobre la yesca. Las chispas (consistentes en pequeños trocitos de metal incandescente arrancados al golpear eslabón contra el pedernal) crean pequeñas llamas sobre la yesca o la tela de carbón, que una vez iniciada su combustión, basta con soplar para encender paja o el iniciador que más nos guste.

Normalmente se utiliza tela de carbón o bien hongo yesquero como yesca para recoger las chispas de baja temperatura generadas al golpear el eslabón contra el sílex; entonces se agrega material al fuego incipiente y se sopla para obtener una llama viva. Aun así, en el pasado muchos campesinos que no contaban ni con hongo yesquero ni tela de carbón, guardaban plantas carbonizadas dentro de su lata o caja de yesca que utilizaban para encender el fuego.

A continuación podreis ver un paso a paso de todo el proceso:
Avivando la tela Encendiendo el hongo Buscando llama A soplar Poco falta Fuego!!!! Trabajo conseguido
A parte de los materiales mencionados arriba anteriormente, también se utilizan muchísimos productos que nos da la naturaleza y depende de la zona de España en la que os encontreis, como por ejemplo la flor seca del cardo(ideal si se usa en ambientes con humedad o con paja ligeramente húmeda).
Incluso hubo poetas que les dedicaron unas líneas, como Tomás de Iriarte:
Al eslabón de cruel
trató el pedernal un día,
porque a menudo le hería
para sacar chispas de él.
Riñendo éste con aquél,
al separarse los dos,
«Quedaos -dijo- con Dios.
¿Valéis vos algo sin mí?»
Y el otro responde: «Sí,
lo que sin mí valéis vos».
Fuentes:
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