El germen del actual roscón de reyes lo encontramos en el siglo II a.C. cuando se celebraban “Las Saturnales”, un festejo pagano en honor a Saturno, el dios de las cosechas. Todas las personas, tanto ricos como esclavos, celebraban el final del período más oscuro del año y el inicio de una época llena de luz. En aquella época era frecuente preparar diversos platos para la celebración, aunque de todos, el más popular era una torta a base de miel en la que se introducían algunos frutos secos, dátiles e higos.
Un siglo más tarde se añadía un haba a esa torta, la cual las clases acomodadas repartían, a modo de dádiva entre las clases populares. En estas tortas se escondía un haba seca y el esclavo que la encontrara era virtualmente nombrado rey de reyes durante aquel día, con lo que el resto debían tratarle con todos los honores y atenciones de un auténtico rey. Este tipo de prácticas, al igual que el carnaval pagano (por una noche el mendigo puede ser rey y el rey se hace pasar por mendigo), suponían un ejercicio liberador de las tensiones sociales. En algunos casos, el esclavo al que le tocara el haba seca podía incluso ser liberado.
Y al lo largo del siglo IV D.C. con la Iglesia hemos topado pues esta tradición romana no duró mucho porque cuando la religión cristiana asumió el poder, las celebraciones paganas como las Saturnales fueron desapareciendo, la costumbre de comer la torta con haba también desapareció, aunque no por mucho tiempo.
Uno de esos lugares en el que las tortas perduran con mayor arraigo es Francia, donde se celebraba, el día 6 de enero, la fiesta de “Le Roi de la Fave” (El Rey del Haba). Esta festividad estaba dirigida sobre todo a los niños y, de modo similar a las saturnales, el niño que encontrara el haba en la torta era nombrado Rey del Haba y durante todo el día adquiría el derecho a ser agasajado con mimos y regalos.

Algunos siglos más tarde, en el siglo XIV, la tradicional torta con habas regresó pero esta vez a España, alcanzando su máxima fama gracias a Felipe V. Sin embargo, ya no era la misma torta de las fiestas Saturnales pues en vez de incluir solo habas, también se le incorporaban monedas de oro. Así, quien encontrara las monedas ganaba el premio, mientras aquel que encontrara el haba era considerado un perdedor y, por lo tanto, se le auguraba mala suerte durante todo el año. Se afirma que la idea de introducir una moneda fue de un cocinero de la corte francesa, que por aquel entonces quería sorprender al pequeño Luis XV, aunque hay escritos en los que se describe el bollo que le presentó con forma de collar de diamantes y recubierto de diamantes, sin mención alguna a una moneda e incluso otras fuentes hacen mención a un medallón de oro y rubíes. Luis XV divulgaría este postre entre la aristocracia francesa, que sustituiría los diamantes por la ocultación de una moneda en el bollo, que simbolizaría la prosperidad económica de quien la encontrase, así que en este punto cada uno puede escoger la historia que más le guste.
A partir de estos siglos empieza a aparecer en la pintura el tema del Rey del haba o Rey bebe, en el que se puede observar las celebraciones del 6 de Enero (Día de la Epifanía en muchos países europeos). El pintor flamenco Jacob Jordanes pintó varias versiones de este tema.

Jacob Jordaens, 1640
Lo que si está claro es que en España durante el Siglo de Oro era un postre muy apreciado por todas las clases sociales. Ya que Francisco Martínez Montiño, cocinero de los Reyes Felipe II, Felipe III y Felipe IV, dejó constancia de la receta en su Arte de Cozina, Pastelería, Vizcochería y Conservería:
“Harás una masa fina sin azúcar y tiene en tres hojas redondas del tamaño dela falda de un sombrero grande muy delgadas, y úntalas con manteca,…., esto ha de ser en ruedo, que parezca una corona, y le podrás poner pedaçitos de maçapan cocido en el caço,…..”
Y como seguro habrá algún cocinitas que lea esto os dejo un video con una de las mejores recetas que he probado y que llevo haciendo desde hace ya más de un lustro. Así que si os gusta el tema de masas, panes y demás no dejéis de echar un ojo al impresionante trabajo de Iban Yarza.
FUENTES:
- Martínez Montiño, F. – Arte de cocina, pasteleria, vizcocheria, y conserveria. Extramuros, Mairena de Aljarafe, 2008.
- Diez Borque, J.M. – La vida española en el siglo de oro. Bercelona. Ediciones del Serbal, 1990.
- Luján, N. – Historia de la Gastronomía. Barcelona. Folio ediciones, 1997.
- Lopez Piñero, J.M. – El vanquete de nobles caballeros (1530) de Luis Lobera de Avila y la higiene individual del siglo XVI. Madrid. Ed. Ministerio de Sanidad y Consumo, 1991.
- A.B.L. Grimond de la Reynière – Manual de anfitriones y guía de golosos, Ed. Tusquets, 2018
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